Una Bala, una goma
Un lápiz, un niño
Eran seres muy magnánimos
tanto, que ante el momento
que se te presentaba esa noche
de desconcierto para ti
te pusieron delante los tuyos.
Para que fueras el primero
y evitarte así la angustia
de esperar tu momento final,
una vez vieras de que iba aquello.
Con dos disparos te liquidaron
te arrastraron a la fosa
donde dormirías tu sueño eterno
como un desaparecido más.
No pudiste usar el lápiz
ese que usabas para tomar notas
o quizás las borraste con la goma
pues nadie te las iba a creer,
junto a ti, quedaron de testigos.
Esa gente tan noble, fiel y creyente
que se partía el pecho por la patria,
no podría hacer una cosa tan aberrante
con sus conciudadanos y menos un crío.
Pero tus instrumentos y la bala
esa alojada en tu cabeza
dan testimonio que el diablo
corrió por un barranco
con asistentes henchidos
de honroso orgullo patrio.
Aniquilando alumnos y maestros
incluso poetas de moral distraída
para el concepto que, del amor,
podían tener esos salvajes
de escopetas prestas.
Terrassa, 22 abril 2024