Fotografía (2)



Mis pesquisas dieron su fruto, al poco tiempo y con las averiguaciones que obtuve, supe de una antigua casa de labranza, reconvertida en residencia rural, que por unos extraños hechos luctuosos, fue totalmente abandonada, y puesta a la venta por una cantidad muy inferior a su valor real, pero ni así intereso a ninguno de los vecinos ni inversores de la zona, quedando en el olvido hasta que una señora de la capital la compro por sus condiciones de privacidad, pues era lo que estaba buscando, sin importarle los chismorreos sobre la propiedad.




                                           Imagen de una Moleskine(r), obtenida de Google


Con el tiempo me desplace por la zona, hasta dar con el inmenso caserón en lo alto de una colina, una cosa de lo más peliculero, la verdad, el camino de acceso estaba en muy mal estado,  las hierbas y la maleza lo habían invadido todo, los desprendimientos por culpa de las lluvias torrenciales propias del clima del lugar, lo habían hecho impracticable para los coches.

En el hostal del pueblo donde solicite información, ya me advirtieron, pero no les hice mucho caso, dado que todas sus respuestas fueron evasivas y puramente para sacárseme de encima, si no me alojaba en su local.

Al final tuve que optar por regresar al pueblo para poder instalarme, dejar la exploración para otro día y seguir con más dudas de las que tenía al llegar.

Nadie conocía los nuevos dueños de la casa, ni siquiera si ahora estaba habitada, pues nunca veían a nadie subir por el camino, aunque me reconocieron que existía otro, un poco más largo, que daba a la parte trasera de la casa, después de pasar por otra propiedad que estaba en ruinas.

Al regresar al hostal y pedir alojamiento, mis relaciones con sus dueños empezaron a mejorar de forma inmediata y ostensible, se notaba que el local había caído en una etapa de declive económico, ya fuera por la crisis general que azotaba el país, o por la situación de aquella pequeña pedanía, alejada de las rutas principales de comunicación, con un clima difícil y con una historia delictiva, digamos delicada.

Pero ni siquiera después de pedir una cena, acompañada de un buen vino y alargar la conversación a base de copas, pude sonsacar que era lo qué aconteció en el lugar exactamente, aparte de unos presuntos asesinatos en la casa, o muerte accidental, cómo se cerró el caso, y la desaparición de su hija y un lisiado, físico y mental, del pueblo. Cosa que no se puso en el informe, para no complicar la vida a nadie. Consideraron que el hombre no estaba en condiciones de haber hecho nada malo y que la hija se había ido de forma voluntaria, cosa, por otra parte, que ya había hecho antes.


Mi situación personal, tras el trasiego del fuerte licor de la zona, no me permitió asimilar la información de una forma coherente, optando por irme a dormir con una confusión sobre tesoros perdidos, muertes extrañas y desapariciones oscuras.

2 comentarios:

  1. Está tomando tensión. ¿Qué habrá pasado en la masía? Si está habitada, seguro que tu protagonista, en la mañana y con leve resaca, podrá echar un vistazo y empezar a suponer.
    Yo así lo espero. Me quedo a la espera de los acontecimientos.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. DE momento no esta en un estado que le permita un estudio deductivo de la situación, pero todo se andará.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar