En el cole





Saludó al entrar, y se dirigió a su sitio, el último de la tercera fila de pupitres, sus compañeros le miraban de reojo, sin atreverse a mostrar ningún signo de bienvenida ni de compañerismo, el profesor esperó que se instalara y reanudo la explicación sobre las leyes de Mendel.

Cuando estuvo de espaldas escribiendo en la pizarra,;sí se volvieron todos hacia él con admiración.

Los miro pensando que podían haber mostrado su solidaridad cuando le expulsaron, pero daba igual.

Se mantuvo impasible mientras seguía las explicaciones,  interesado por lo que sucedía en la primera fila, donde en una labor de zapa por parte de los pies de los alumnos iban desplazando la mesa del profesor, fuera del ámbito del estrado, aguantándose en un precario equilibrio, de las patas delanteras.

Era el momento preciso para provocar la ira del profesor, esperando con ello que aporreara la mesa, y la gravedad hiciera el resto.

Por toda la planta resonaron las carcajadas cuando esto ocurrió.

Ultimo tren

Siempre le decían que iba a perder el último tren, estaban pesados con el tema, familiares y amigos.

 Al fin un día que se sentía doliente consigo misma, accedió a desplazarse en un tren.

Se desplazó a la estación más próxima a su residencia, con cierta desconfianza ante un medio desconocido; ella que siempre se desplazaba en coche, dispuesta por su futuro sentimental, a cambiar de  medio.

Pidió consejo al expedidor automático, pero no se sintió nada comprendida por la voz metálica de una competidora, estaba claro.

Sentada en el anden, mirando de reojo a los usuarios masculinos, se sintió un tanto desplazada, lo estaba, fuera de su ambiente y creyendo que su futuro estaba en unas vías.

Cuando oyó el silbido y vio entrar la mole metálica con su destino, no lo dudo ni un momento y se incorporó al último tren en salir de la estación.

La sentencia de " Garzón "







Acto celebrado en el Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona, para comentar la sentencia de prevaricación contra el juez Garzón.


Ponentes, Gemma Calvet, Javier Nart y Cristóbal Martell, moderados por Luis Antonio Sales.

Unanimidad en confirmar la validez de la sentencia, esta claro que el juez sabía lo que hacía y que no se ajustaba a la legalidad.

Dejando aparte la cuestión mediática del caso, el juez siempre ha estado rodeado por la polémica, de triste recuerdo en Catalunya por el caso de las torturas del año 92, o muy celebrado por perseguir dictadores ajenos.

Pero esta vez y mal que nos pese, lo ha puesto fácil para sus críticos dentro de la judicatura, para poderlo apartar, de su actividad justiciera.

Veremos con qué nos obsequia el sr. Garzón, pues es seguro que seguirá en el  centro de la polémica...

Subvención

Dado que la Sra. Alicia Sanchez Camacho, en una entrevista en Tv3, sacó a colación, la subvención que recibe una entidad como Omnium Cultural, en detrimento de otras actividades prioritarias como pudiera ser la sanidad o la enseñanza pública. Me pregunto por qué no hace mención a lo que el Ppc, recibe de los fondos públicos.
Entiendo que se subvencionen entidades de interés general, para poder desarrollar su implantación en la sociedad, pero está tutela, tiene que finalizar, una vez obtenido su objetivo.
Todas las aportaciones de dinero público, tendrían que ser estudiadas con mucha pulcritud, y no permitir que se eternicen. Si una entidad, no es capaz de levantar el vuelo, es simplemente, que no le interesa a la sociedad, a la cual va dirigida, y eso vale para los partidos políticos, sindicatos y cualquier otra sociedad o actividad subvencionada.
Son los afiliados y usuarios los que han de mantener las instituciones. Todas y cada una de ellas, han de ser capaces de captar fondos para su subsistencia.
Ayuda sí, pero eterna no, y transparente siempre.

Caminata D'Horta



Foto de A.C.P.


Patrocinado por el Excmo. Ayunt. de Barcelona, y organizado por la Associació d'entitats Excursionistas del Barcelonés, Se ha realizado una caminata popular, por el barrio de Horta, Guinardo y Carmel, un itinerario por sus calles y parques. 

Es una buena idea la de mentalizar y favorecer el bello arte de caminar plácidamente, recorriendo partes de la ciudad, que en situación normal, no se recorren, y menos a pie.

Son itinerarios asequibles a todo tipo de personas, ya que no se necesita preparación alguna, solo las ganas de pasar un rato agradable, caminando y charlando con los compañeros de salida.

El ritmo de paso, se lo impone cada uno, teniendo un margen muy amplio entre la salida y la hora de llegada. 

Las cuales son controlados por unos colaboradores, prestos para controlar el paso de la ingente participación.

Bajo el nombre de Barnatresc, se acogen una serie de excursiones ciudadanas, una cita mensual, muy recomendables para los urbanitas sedentarios.

LA CALLE





Fotos de A.C.P. 



Tracy Chapman - Stand by Me  

(Live on Letterman 2015) 

 

 

La Calle *

 

 

*Año 2012 

Rescato este texto de entre los pliegues de los borradores no publicados, porque este sí lo fue, pero por alguna razón que no recuerdo, paso al cuarto de los olvidos.  

Así que lo rescato y le doy el derecho de seguir vivo. 

 

 Volví paseando por aquellas estrechas calles, llenas de turistas curiosos, despistados y desconfiados, el frío invernal y la humedad congénita de la ciudad, no les había hecho desistir, de destripar un poco de historia de la parte vieja de la ciudad. 

 

 El sol, apenas se vislumbraba por la estrechez de las calles, inclinadas, recoletas, inimaginables, con aquellas porterías inmensas, de palacetes reconvertidos en museos, hoteles, restaurantes, donde la nobleza generaciones hacía que no se resguardaba. 

 
 Encontré, sin buscar, la calle donde puse mi caballete, mi lienzo y mis pinturas, y ante otros turistas despistados y autóctonos presurosos, inicié un cuadro imposible, donde plasmar el paso del tiempo por una calle, en la que aún resuenan, cientos de palabras de muchas conversaciones inacabadas. 

 

Me venían a la memoria, los comentarios vertidos sobre mi obra, despiadados unos, considerados otros, indiferentes los más, despreciativos algunos, elogiosos pocos. 
 

Ahora no llevaba ni lienzo, ni caballete, ni pinturas, sólo una cámara con la que pude captar, la luz, los colores, tu sonrisa, pero no las palabras que rebotan entre las paredes de la calle. 
 

 



MOTEL



 Edward Hopper


Motel

El crujir de mis pasos sobre la madera de la escalera a pesar de ir calzado con unas afelpadas zapatillas de suela de goma, presagiaban otra noche sin silencio. Además oía un sordo runrún proveniente del letrero de neón indicando plazas vacías en el motel.   

A breves espacios de tiempo escuchaba el paso de camiones y coches por la carretera, a pesar de ser de poco tránsito, amortiguado por los setos y cipreses que rodeaban aquel caserón antiguo, reconvertido en alojamiento hotelero a pie de ruta.

Seguí subiendo mientras se alejaba el sonido de la cucharilla resonando en la taza del té que el recepcionista dejo de tomar para atenderme.

Una vez instalado en la habitación, recorrí con la mirada el aspecto de la misma, hasta darle el visto bueno, homologable ante cientos de las ya ocupadas, en otros centros, de mi largo recorrer. A veces consideraba, que los dueños de estas instalaciones leían las mismas revistas de decoración, o tenían el mismo proveedor.

El recepcionista me comentó que era el único cliente, dada la época y el lugar no solían instalarse fuera del fin de semana, y aún. 

Desde qué hicieron obras y con un túnel mejoraron la carretera, quedaba fuera de la ruta principal, lo cual hacía que los profesionales de la carretera no fueran a requerir sus servicios.

Para mí era perfecto, la ausencia de vecinos, me producía una sensación de tranquilidad muy agradable, no tener que oír la presencia por pequeña que fuera que delatara compañía me satisfacía.  Deposité mi bolsa encima de una banqueta a pie de la cama, colgué el tabardo en una especie de armario sin puertas, en un estante del cual puse mi pequeña mochila.

Así instalado, sentado en la cama, observe detenidamente el panorama que se me ofrecía desde la ventana, que no era mucho dada la oscuridad de la noche. Abrí el cajón de la mesita y observe una biblia, poco usada.

Me incorpore para ir al baño, pequeño pero completo, con una ducha cuyo plato era una decorativa cerámica, los estantes y colgadores eran de madera trabajada, con unos azulejos de color azul que contrastaba agradablemente con el terrazo del suelo de color arcilla.

Oí vagamente un sonido de motor, que por su cadencia denotaba ser un diesel, en transcurrir tan lento que deduje se trataba de un tractor. ¿Pero quién pasea a aquellas horas con uno? La vida del agricultor por fuerza tiene que ser dura, seguro que querría aprovechar unas horas antes de que helara.

Desde la ventana del baño se veía la parte trasera de la casa, donde estaba el cobertizo, en el cual aparque el coche, al lado de una vieja furgoneta todoterreno, llena de barro por todas partes y con los cristales sucios excepto el trozo que pasan los limpias. A dudas penas se vislumbraba la matrícula, limpiada seguramente con el pie.

Saque mi arma reglamentaria de la mochila, y me puse a limpiarla, me quedaban dos cargadores completos los cuales esperaba fueran suficientes para el lío que tenía entre manos.

A pesar de que había cerrado la puerta con llave, puse una silla contra el picaporte en plan cuña, para evitar fuera abierta de un empujón sin darme tiempo a preparar una defensa.

No esperaba visitas, pero siempre es mejor prevenir y, de eso estaba curado de espantos. Para ejemplo, tenía el cargamento del maletero, con las bajas temperaturas anunciadas, no sufría por él, se conservaría en buen estado hasta su entrega.

Estaba muy bien valorado, lo cual lo hacía muy apetecible para todos los carroñeros, que como yo, se buscaban la vida persiguiendo inadaptados caídos en desgracia, que ni los suyos defienden.







Ferran Adriá i el bulli (1961-2011)

Extraordinaria exposición, "Risc, llibertad i creativitat", en el Palau Robert de Barcelona. Introducción al mundo mágico de la cocina creativa y experimental de Adriá, a través de la historia de un restaurante, El Bulli, desde sus inicios como chiringuito playero. pasando por un restaurante estrellado, y convirtiéndose en una referencia mundial.
Ahora inician una nueva etapa con el Bullifoundation, un nuevo espacio para crear, sin los condicionamientos de un local tradicional de restauración.
Se nos habla de una cocina de sensaciones, de libertad absoluta en el concepto de la creación culinaria, donde hay que imaginar y recordar sabores, texturas, aromas.
Recomendable totalmente, esta acercamiento al mundo creativo de Ferran Adriá y su equipo.
http://www20.gencat.cat/portal/site/PalauRobert?newLang=ca_ES

ANDÉN




Foto del Autor



Estaba sola en el andén del metro aquella noche, esperaba el último convoy , el de las veintitrés trece, según ponía en un panel explicativo colgado del techo.

Enfrente, en el andén contrario, una pareja discutía, por el evidente estado etílico de una de las partes, que había fastidiado la fiesta a la otra.

Un tipo con gabardina, con las solapas levantadas y sombrero de lluvia calado, paseaba aparentemente ajeno a todo, mientras una Sra. del equipo de limpieza vaciaba las papeleras, trasladando su contenido a un carrito, que empujaba con brío y ganas de acabar la jornada.

Otra mujer, se lo miraba todo con aparente aire de desagrado, procuraba mantenerse alejada del paseante, menospreciaba  a la limpiadora con indiferencia, y recriminaba la pareja peleona con ostentación de clase.

Oyó el silbido del tren anunciando su entrada en la estación. Vio acercándose la mujer estirada, de una forma rápida y extraña, escuchó un grito sobrecogedor.

Los vagones desaparecieron, el andén quedó huérfano de ocupantes, unos papeles revoloteaban por efecto succionador del convoy, no así un sombrero y gabardina tirados sobre las vías.

Con el convoy desaparecieron la pareja molesta, la mujer altiva, el hombre misterioso y, la Sra. cansada.

Como no vio nada, nada pudo explicar a los de seguridad. A los que había llamado por el sistema de interfonos.

Perdió el último tren, le dieron las gracias por haber avisado y por su colaboración. 

Le indicaron que mucha gente pierde cosas en el metro, le acompañaron a la salida para que desalojara, pues iban a cerrar la estación.

Barcelona, febrero 2012

COPOS



Copos de nieve bailando en el cielo, descienden causando admiración de niños y ancianos, temor para madres y autoridades.
 
Ilusionados unos, inquietos los otros.

El blanco manto va cubriendo senderos y oquedades, igualando los desniveles del suelo, dando uniformidad al parque, del que sobresalen matas y árboles, testigos mudos del cambio de paisaje.

En los cuales los pájaros, pían por sus migas, mirando los vacíos bancos de sus benefactores.

El estanque, con sus oscuras aguas verdes, destaca en aquella pálida y silenciosa quietud, que domina el lugar.

Sólo rota con un griterío infantil, jaleando al intrépido ocupante de un trineo bajando sin camino, saltando por encima de unas azaleas huérfanas de flores, y zambulléndose en el agua en un salto esplendido y perfectamente definido, siendo obsequiado su tripulante con un pez rojo en la boca. 

Escena observada, por unos ojos de mirada pétrea en un rostro de fría nariz de zanahoria, de un  imperturbable muñeco de nieve.